Llega en su Lamborgini rojo escarlata y al desplegar sus largas piernas hacia la acera, la fresca brisa primaveral de Long Island mece su larga y cuidada cabellera marrón y eleva su minifalda de algodón, obligándola a un rápido movimiento de retención. Con la bandolera de la brisa también se elevan las esperanzas y los desencuentros, pero ella continúa hacia las escalinatas de aquella casa, medio inglesa, medio country.
Sabía que tarde o temprano tendría que venir, aunque lo había evitado deliberadamente. Y así, con la disposición de ánimo que siempre la caracterizó, desplazó su imponente figura de Miss Universo sobre un par de tacones número diez, con un bamboleo de caderas ostentoso, sensual y rítmico.
Entró sin que le dieran paso. Subió hacia el segundo piso y llegó hasta la habitación de John. Cruzaron sus miradas en silencio y entonces, aquel hombre condenado a ser feliz para siempre, sonrió porque nunca imaginó que la muerte fuera tan hermosa”.
Este relato forma parte del Volumen I de "Relatos Para Contárselos a La Muerte" ® Depósito legal lf06120088001563 ISBN 9789801231622 / Radicación internacional Nº 7572 del 21-04 2008 - Todos los derechos reservados © Andrés Simón Moreno Arreche Editorial Eróstanus™
Leyéndole,hasta la muerte es bella.
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